jueves, 17 de marzo de 2016

Anécdota ficción - Reflexión

Y ahí estaba yo, sin mas. Caminando por ese largo, frió y oscuro corredor. A mi lado iba un hombre barbudo, de aspecto vagabundo, sus zapatos chillaban al caminar y su respiración era fuerte, como la de un  toro. Me generaba miedo aquel hombre. Los 45 metros de corredor, fueron para mi, mas largos que cruzar un desierto, por cada paso que dábamos, pareciera que se alargaba 5 mas. Finalmente llegamos, el barbudo me miro, como si estuviese sacando una radiografía de mi con su vista. 'Diaz, Diaz...' me dijo mirando unos papeles sobre un escritorio. 'Así que venís a buscar el paquete de Diaz... Espérame acá.' Aquel hombre entro en otro cuarto, del cual yo no tenia visión, examine cada rincón del lugar donde estaba, quería salir de ahí lo mas rápido posible.
Al paso de unos minutos este hombre volvió con un cajón de madera, cuadrado, tétrico, parecía pesarle un poco, me ofrecí a ayudarlo y lo negó violentamente. Me aparte de el. Abrió el cajón con fuerza y me miro fijo. 'Acá esta tu paquete pibe' Un hombre, aparentaba 40 años aproximadamente, muerto, degollado. Era el primo de Diaz, lo habían asesinado pocos días antes, me empujo sobre el cajón, cayendo completamente encima del cadáver, me abalance sobre el viejo y este me noqueo con palo. Cuando desperté estaba esposado, acusado de homicidio agravado, con ADN de la victima en mis manos, y ADN mio en la victima. Ese era el paquete de Diaz. yo era el paquete de Diaz. Acá estoy, hace 5 años y con muchos mas por delante, cumpliendo una condena por un homicidio realizado por otros...

No hay comentarios:

Publicar un comentario